Febrero decidió regalarme/nos varias cosas, este año y el
año pasado. Olvidando las batallas de sangre el dos de febrero de estos dos
años, el diez de febrero de 2011. Viví la primera manifestación de los
cineastas egipcios ,en sus historias, recorrió el centro de la capital hasta la
plaza gritando: El pueblo quiere derrotar al régimen. Que surgió como una idea
loca entre unos cuantos, bebiendo té en un editorial. Nunca sentí orgulloso de
pertenecer a este colectivo, antes de este dia. El día once, el día siguiente, hemos
derrotado a Mubarak, ha sido la primera victoria verdadera que he vívido, hemos
roto el cuello del “Faraón”. Hoy, un año después, hemos recorrido 5 horas, en
una manifestación que nunca podé soñar antes con ella, en mi barrio, empezó
pequeña y acabo muy grande y potente, enfrente de la sede del consejo militar
superior, pasando por las calles de mi infancia, mi colegio, el ministerio de
defensa y el palacio presidencial, donde los jóvenes ponían las pintadas contra
la copula militar, mientras pasamos. Y al final, llegamos fuertes y alegres
frente a la sede del régimen militar, gritando el mismo grito de un año antes:
El pueblo quiere derrotar al régimen. Mañana, el día once, a lo mejor tengo la
suerte, y febrero me puede regalar, vivir el comienzo de la primera desobediencia
civil, de mi vida.
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