Mañana, dos de
febrero, es el primer aniversario de lo llamado “la batalla del camello”. Mas
de 24 horas de ataques continuos contra la plaza, con cócteles molotov, palas
de francotiradores, piedras, y camellos y caballos, con miles de civiles
partidarios del régimen, queriendo acabar con los acampados en la plaza. Era el
primer logro de Mubarak en dividir a la sociedad civil para que se enfrentan
entre si. Fracasó, y fue su fracaso definitivo. Este día – que lo he vivido en
primera persona - estuvimos todas las corrientes y orientaciones políticas
dentro de la plaza. Por tanta violencia y tanta sangre, nadie de nosotros
pensaba en las deferencias políticas, ni religiosas, ni ideológicas, que puede
tener con su compañero, el que esta al lado suyo defendiendo a la revolución,
en una batalla muy dura. Los hijos de Mubarak/los militares, que gobiernan
ahora, no aprendieron nada, siguieron usando a los delincuentes comunes en
atacar a las fuerzas revolucionarais. Un año después, ya no estamos “todos
junto”. Los Hermanos Musulmanes ya son “el poder”, están al otro lado, el del
régimen de los militares, y el de la misma policía que mato a miles de personas
durante 30 años. Ayer, nos hemos dirigido en unas manifestaciones hacia el
parlamento, para reclamar la salida de los militares del poder. Los que nos
enfrentaron, en la primera línea, eran las milicias de los islamistas. Detrás
de ellos estaba el ejercito y la policía. De nuevo, los civiles se enfrentan,
un lado defiende a la revolución. Es un lado muy variado y en sus líneas hay
muchas mujeres y chicas jóvenes. Y el otro, parece a una milicia fascista, muy
masculino, sin ninguna mujer, muy fuertes físicamente, y defiende al poder.
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