jueves, 16 de febrero de 2012

La noche de los niños


A noche, en una televisión egipcia, hubo un programa interesante, sobre los niños y adolescentes que participaron el la revolución egipcia, con niños y niñas invitados, desde nueve a dieciséis años. Bajo la pregunta de: ¿Hay un revolucionario que tiene doce años? Una pregunta, que hizo el primer ministro hace semanas, para deslegitimar las protestas de diciembre. La respuesta de los niños en el plato, y en el material de archivo proyectado, de como han liderado algunas marchas, era: Si, hay una revolución para menores de 18 años.
Me acordé de algunos comentarios europeos, durante la segunda “Intifada” palestina, de que una madre que deja a su niño o niña tirar piedras al ejercito israelí, es una mala madre. Comentarios que demuestran una ignorancia absoluta de que como la ocupación, cuando existe, como el caso palestino, o la pobreza, la marginación social, y la violencia del estado, en el caso de todas los otros países árabes, no deferencia entre niños y adultos. Mata y castiga a todos.
Uno de los comienzos de la revolución siria, ha sido a través de los niños. Salieron de un colegio de la ciudad de Deraa, repitiendo, como en un juego, el lema que llevaban dos meses escuchando en la tele: El pueblo quiere derrotar al régimen. En este momento, han sido detenidos por parte de la autoridad aterrorizada a que la ola revolucionaria llegué a sus terrenos, y han sido torturados también. Así, llegó la chispa revolucionaria a Siria ¿Se puede preguntar entonces sobre la mala madre que dejó a su niño o niña acompañarla en una manifestación pediendo vivir bien en libertad? ¿O mejor dejarle morir solo en una casa bombardeada?

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